Ya sabéis que leyendo los trabajos que corregía el año pasado, me inspiraron un poema. También voy notando que la mayoría de vosotros os vais implicando cada vez más profundamente en vuestros trabajos y me agrada mucho ver que os metéis a conciencia en los temas elegidos, por eso también os quiero dedicar este poema. (Ni os cuento lo que nos queda por ver, ufffffffffff).
Saludotes,
Saludotes,
Arancha
Sordo el olor del miedo, sordo
de las voces acalladas.
Rota la sangre, rota
de todas las vidas segadas.
Sórdida la mentira, sórdida
de las lenguas viperinas.
Hueco ese dolor, hueco
ese que se ovilla dentro del alma.
Dura la sinrazón, dura
de tanta barbarie canalla.
Sorda, rota, sórdida, hueca y dura
la injusticia sibilina.
(Las muertes en contiendas,
ni tuyas, ni mías: son de nadie.
¡Inútiles muertes cobardes!)